Consiste en normalizar el tamaño de las glándulas mamarias hipertróficas (excesivamente grandes: Hipertrofias y/o Gigantomastias).
En muchas ocasiones lo más prioritario para la paciente no es sólo el componente estético de la intervención quirúrgica, sino la importante descarga ponderal que supone para la espalda, que arrastra un gran peso con la consiguiente producción de importantes dorsalgias.
Comporta el mismo tipo de cicatrices que la Mastopexia, (se emplea otra revisión personal de la técnica quirúrgica vertical del Dr. Lassus modificada por la Dra. Lejour).
El exceso de glándula y piel que se retira en cada seno mamario es remitido a los servicios de anatomía patológica, para su estudio microscópico y así confirmar que se trata de tejido sano exento de patología, proporcionando una copia del informe a la paciente en los días siguientes.
Por lo general, se realiza una reducción de senos para aliviar la incomodidad física y emocional, no simplemente para la mejora cosmética. Si tienes senos muy grandes y caídos que te causan malestar físico o dolor y que han restringido tus actividades, probablemente seas un buen candidato para esta cirugía. Las mamoplastias de reducción generalmente se realizan en mujeres cuyos senos están completamente desarrollados. Solo en los casos de malestar físico severo, la reducción de senos se puede realizar en mujeres muy jóvenes cuyos senos todavía están en desarrollo. Los mejores candidatos son mujeres lo suficientemente maduras para comprender todo el procedimiento quirúrgico y que tienen expectativas realistas de los resultados. No se recomienda para mujeres que desean amamantar.
La decisión de someterse a una cirugía de reducción mamaria es muy personal. Sin embargo, no olvides incluir a tu pareja en tu proceso de toma de decisiones. Si aún no lo has hecho, habla con tu pareja acerca de las razones por las que estás considerando la cirugía y cuáles son tus expectativas. Pregunta por la opinión de tu pareja sobre el cambio en el tamaño y la forma de tus senos. Pídele a tu pareja que vaya contigo a ver al cirujano para que ambos tengan la misma comprensión de los beneficios y riesgos de la mamoplastia de reducción.
Durante tu consulta con el cirujano, debes analizar abierta y francamente tus motivos para querer esta cirugía, así como tus expectativas. Considera cuidadosamente la opinión y recomendaciones de tu cirujano. Si se recomienda una mamoplastia de reducción, asegúrate de estar de acuerdo con el tamaño y la forma deseados de tus senos nuevos. No te avergüences de llevar fotos de revistas contigo. Tu cirujano observará y medirá tus senos. Una fotografía probablemente será necesaria para fines de seguro. Tu cirujano hablará contigo sobre el procedimiento quirúrgico, te explicará los riesgos de someterte a la cirugía, junto con cualquier variable que pueda tener un efecto en tu cirugía, como tu edad, el tamaño y la forma de tus senos y la condición de tu piel.
No dudes en hacer preguntas sobre cualquier cosa que no comprendas. Probablemente quieras aprender todo lo que puedas sobre tu mamoplastia de reducción y recuperación. Cuanto más sabes, tendrás más confianza en tu decisión de someterte a una cirugía y harás tu parte para acelerar tu recuperación. Intenta obtener respuestas a tus preguntas sobre la mamoplastia de reducción durante tu visita al consultorio para saber qué esperar antes de la cirugía.
La cirugía de mamoplastia de reducción no es una operación simple, pero normalmente es segura cuando la realiza un cirujano plástico o reconstructivo calificado. Al igual que con cualquier cirugía, existe la posibilidad de complicaciones, como hemorragia, infección o reacción a la anestesia. Con la cirugía de mamoplastia de reducción, puedes desarrollar llagas pequeñas alrededor de los pezones después de la cirugía, que pueden tratarse con cremas antibióticas. La cirugía de reducción mamaria también puede dejarte con senos ligeramente desiguales, pezones desigualmente posicionados, pérdida permanente de sensibilidad en los pezones o senos y, muy raramente, el pezón y la areola pueden perder su suministro de sangre y el tejido morirá. El pezón y la areola generalmente se pueden reconstruir mediante el uso de injertos de piel de otras partes del cuerpo. Tendrás cicatrices notables y permanentes que se pueden cubrir con tu sostén o traje de baño. La cicatrización deficiente y las cicatrices más anchas son más comunes en los fumadores. La lactancia materna puede ser un problema más adelante, ya que muchos conductos de la leche que conducen a los pezones se eliminan durante esta cirugía.
En el post-operatorio, se realiza una cura que se retira a las cuatro dias para posteriormente colocar un sujetador de tipo deportivo. Los hilos de sutura son retirados a los diez días. Se continúa con el control cicatricial hasta la cicatrización completa (cicatrización dirigida). La actividad física habitual se restablece normalmente a partir del tercer día de la intervención, salvedad de realizar esfuerzos importantes con los brazos.
Efectivamente. Habitualmente 1 dia.
General
Si no se realiza fuerza con los brazos al 4º día aprox.
A los 10 días aprox.